Todos los recién nacidos están indefensos y requieren de cuidados especiales, necesitando ser supervisados en todo momento dado que como madres y padres tenemos la responsabilidad de proporcionarles la máxima seguridad siempre.
Cómo proteger a nuestro recién nacido
Una de las mejores formas de proteger a nuestro pequeño es cuando lo dejamos solo durmiendo en su cunita. En este aspecto, hay un dispositivo que nos resultará de gran utilidad, los intercomunicadores Miniland (ver en tienda).
Se trata de dispositivos que cuentan con una cámara y pantalla que nos permitirá cómo está nuestro pequeño sin necesidad de que estemos en su misma habitación. Además pueden reproducir audio, lo que también nos permitirá escucharlos por si lloran y nos necesitan.
De esta forma, estaremos al tanto de nuestros bebés de la mejor manera posible. Además, si se despierta podrá escuchar nuestra voz a través de un pequeño altavoz, lo que hará que se tranquilice hasta que se duerma o hasta que vayamos a su lado.
Otro aspecto que debemos tener en cuenta, sobre todo si no practicamos el colecho, es que debemos extremar las precauciones si duerme en su cuna. Para evitar correr el riesgo del síndrome de muerte súbita, hay que ponerles a dormir sobre un colchón duro y boca arriba. No hay que dejar que duerman en una superficie mullida.
A la hora del baño hay que sentarle en una sillita especial y no dejarle sobre la superficie de la bañera. Eso sí, en todo momento debemos estar con él, nunca dejar al bebé solo, en estos casos no hay que correr ningún riesgo.
Incluso cuando se cambian los pañales a un bebé puede haber riesgo. Por ello, lo más aconsejable es hacerse con un cambiador de pañales que ofrezca las medidas de seguridad adecuadas como por ejemplo unas correas de seguridad que eviten que el pequeño se pueda caer. Esta es otra de las labores en las que no hay que dejar al bebé ni un momento solo.
Otros tips importantes para la seguridad de nuestros bebés pueden ser colocar el mobiliario donde suela estar, como su cuna, parque, cambiador de pañales, etc., lejos de cualquier peligro como fuentes de calor, zonas donde haya mucha decoración como borlas, cordones, etc. El lugar donde se encuentre debe estar completamente limpio y ser seguro.
Además nunca hay que dejar al bebé en una zona alta, siempre lo más próximo al suelo en su sillita, cuna, hamaquita, etc., con esto reduciremos el riesgo por caídas.